Las terapias con sonido se basan en el principio de resonancia. El sonido de los cuencos tibetanos, no está formado por una nota sola sino por una serie de sonidos que respetan la escala armónica. Al hacer sonar los cuencos tibetanos, todas estas frecuencias se emiten de una sola vez. Cada átomo, cada molécula, todos los seres emitimos sonidos inaudibles y vibramos con una determinada velocidad. El choque de las ondas que desde los cuencos se emiten, se dice que modifican las ondas con las que se encuentran, haciéndolas vibrar a la velocidad adecuada.
El masaje con cuencos te permitirá sentir una relajación total, equivale a varias horas de sueño y equilibrará tu energía teniendo como consecuencia la disminución de dolores y del estrés.