No podríamos vivir sin la capacidad de estar en el presente: es lo que nos permite recordar dónde vamos mientras caminamos, aunque durante el trayecto nos hayamos perdido en miles de pensamientos. Sin Mindfulness sería imposible poder observar y reconocer la propia experiencia y vivir en este mundo. Sin embargo, y aunque creemos tener control consciente de nuestra atención, lo que normalmente ocurre es que estamos constantemente atendiendo a pensamientos sobre el pasado o del futuro o bien, reconociendo sólo una pequeña porción de lo que está sucediendo en el presente: si lo que estoy experimentando me gusta, quiero que continúe o si lo que estoy experimentando me desagrada, quiero que desaparezca.
Mindfulness permite reconocer lo que está sucediendo mientras está sucediendo, aceptando activamente el fluir de la experiencia tal como se está produciendo. Así es que, aunque experimentamos algo desagradable, podremos ahorrarnos el sufrimiento añadido de tener que conseguir que lo que es desagradable desaparezca. Quedarse sólo con lo que experimentamos sin añadir sufrimiento, es lo que la práctica de mindfulness permite.
Jon Kabat-Zinn, conocido referente mundial de Mindfulnes lo define como:
"Hacer atención de manera intencional al momento presente, sin juzgar".
Este tipo de atención nos permite aprender a relacionarnos de forma directa con lo que está pasando en nuestra vida, aquí y ahora, en el momento presente. Es una forma de tomar conciencia de nuestra realidad, dándonos la oportunidad de trabajar conscientemente con nuestro estrés, dolor, enfermedad, pérdida o con los desafíos de nuestra vida. En contraposición, una vida en la que no ponemos atención, en la que nos encontramos más preocupados por lo que pasó o por lo que aún no ha pasado, nos conduce al descuido, el olvido y el aislamiento, reaccionando de manera automática y desadaptativa . La atención plena nos ayuda a recuperar nuestro equilibrio interno, atendiendo de forma integral a los aspectos de la persona; cuerpo, mente y espíritu. Practicando la atención plena desarrollamos una mayor capacidad de discernimiento y de compasión. La práctica de esta atención abre la puerta hacia nuevas posibilidades, nos lleva al aquí y ahora, nos invita a vivir una vida de manera plena y en el presente.