¿Te identificas con dos o más de estas situaciones?
- Una persona se te acerca para charlar de algo que es interesante para ella y, cuando menos lo esperas, termina en una discusión o con la frase “no me comprendes” o “no me estas escuchando”.
- Entras a una conversacion y te encuentras de pronto con un sentimiento de irritabilidad o rechazo de tu interlocutor-interlocutora.
- Dentro de un proceso de solución de un conflicto de pronto éste escala y amenaza con salirse de control, y todo sin haberte dado cuenta de cómo empezó todo.
- Al poco de comenzar una conversación ya estás definiendo una solución, preparando un consejo o diagnosticando el problema sin que la interlocutora el interlocutor haya terminado su exposición.
- En una charla, interrumpes a tu interlocutor o bien terminas las frases por él o ella, o bien interrumpes para dar un diagnóstico de la situación o un consejo.
- En una relación caes en la cuenta de que no conoces bien a la otra persona, a pesar de haber charlado con ella varias veces, y empiezas a descubrir que la relación se está moviendo hacia lo superficial o se está deteriorando.
Si te ha pasado o está pasando cualquiera de los casos anteriores, es momento de que practiques la escucha activa.
En la escucha activa, el oyente le demuestra al hablante que realmente está escuchando y entendiendo sus mensajes. Pero no solo se trata de la acción comunicativa, sino de sentir interés y empatía por el hablante.
El Dr. Carl R. Rogers desarrolló estas técnicas que resaltan la parte emocional de la comunicación. El estudio de Rogers revela cómo se puede lograr que una persona muestre interés en lo que le estás diciendo y cómo ese método genera respuesta inmediata en el oyente.
Si bien es necesario que los seres humanos mantengamos una buena comunicación en todo momento, tanto en sociedad como en Familia y Pareja, la escucha activa se hace importante en algunos sectores de actividad como la medicina, educación y psicología, así como en los sectores donde se deben resolver problemas y manejar conflictos, como la política, Recursos Humanos, Relaciones Publicas y el área Jurídica/ Justicia.
Escucha activa: definición
La escucha activa es una habilidad comunicativa que consiste en procesar atentamente el mensaje enviado por nuestro interlocutor a través de sus palabras, sus miradas, sus gestos, sus silencios y similares.
En la escucha activa la palabra clave es escuchar y no oir, ya que tanto el lenguaje verbal del interlocutor como el lenguaje no verbal (los gestos, las miradas, la postura de la espalda, del cuello o de las manos, los silencios, las pausas entre frases) están dentro de esta escucha.
La escucha activa esta íntimamente relacionada con la empatía, que es la habilidad para sentir cómo propios los problemas, las opiniones o los sentimientos de los demás.
Es importante clarificar que no se trata de fingir que se le está prestando toda la atención a la otra persona, sino efectivamente dedicarle toda tu atención y hacerle saber que aquello que nos está diciendo realmente es importante.
¿Cuáles son los beneficios de la escucha activa?
Entre los más importantes se encuentran los siguientes:
- Ayuda a que las personas logren desarrollar relaciones interpersonales con mayor eficiencia.
- Aumenta la autoestima de la persona que habla ya que se le hace sentir importante y valorada.
- Se evitan los malos entendidos.
- Aumenta el nivel de empatía que se tiene hacia las demás personas.
- Se puede entender la raiz del conflicto/problema, la motivación, lealtades y compromiso hacia el mismo, pudiendo entonces desarrollarse soluciones apropiadas.
Cómo realizar la escucha activa
- No interrumpas, no termines tú las frases y oraciones de tu interlocutor.
- No juzgues a la persona que te está comunicando algo.
- Centra toda tu atención en lo que te están diciendo.
- Presta atención, no únicamente a lo que te dicen, sino también al lenguaje no verbal.
- Clarifica ante el interlocutor lo que te dice para estar seguro de haberlo comprendido de manera adecuada.
- No hagas hipótesis o suposiciones acerca de lo que te va a decir la otra persona.
- No te distraigas pensando o, peor aún, haciendo otra cosa cuando tu interlocutor te esté hablando.
- Considera como prioridad comprender lo que te están diciendo en forma verbal y no verbal, así como las motivaciones, lealtades y similares, y no escuches para responder o exhibir tu conocimiento o posición.