Para algunas personas que caminan por la senda del despertar, el objetivo es alcanzar un alto nivel de iluminación espiritual. Para otras se trata simplemente de ser totalmente conscientes de su proceso vital, observándolo y sintiéndolo, desde el entendimiento, sin más. En ambos casos, este despertar se interpreta como la reconexión con la verdadera realidad del mundo.
A través del proceso de despertar se adquiere un estado de conciencia que nos reconecta con nosotros mismos y nos alinea con la divinidad, descubriendo que en última instancia somos parte de ella. A partir de esa conexión, nuestro verdadero yo surge para ofrecernos entendimiento de nuestra vida, para mostrarnos con claridad nuestra razón de ser y nuestro camino, para descubir y sanar viejas heridas y movernos en armonía con la divinidad, con todo lo que eso conlleva. Nos dirige hacia nuestra verdadera forma de expresarnos desde la confianza plena en la vida, para poderla vivir en total y real libertad por vez primera, desde las nuevas sensaciones que nos otorga el ser conscientes de manera global del momento presente, y desde el prisma que ofrece el amor, que es nuestra esencia.
De este modo abrimos los ojos a un nivel de realidad que antes no alcanzábamos a ver, lo que produce sensaciones de sorpresa, admiración, y nerviosismo propias de un niño entrando por primera vez a un Toys "Я" Us. El ver más nos hace entender más el comportamiento humano, individual y socialmente. Nos hace comprender nuestros sistemas políticos y sus herramientas de control, lo que antes creíamos que eran libres elecciones personales de vida ahora vemos que eran meras elecciones inducidas. Leyes, normas y costumbres que antes aceptábamos, o incluso defendíamos, pierden su sentido para nosotros. Puede aparecer entonces la voluntad consciente de cambiar los sistemas actuales o de salirse de ellos para crear uno nuevo.
Es un proceso continuo, progresivo, sin fin, que debemos tener en cuenta en todo momento. Llegar al estado de manternos "espiritualmente despiertos" no es el final del viaje, ya que podemos retroceder rápidamente. La experiencia vital viene acompañada de una serie de diferentes niveles de despertar y distintas etapas de conciencia. Lo importante es vivir con intensidad cada proceso desde la conciencia, permitiéndonos ser.
¿SABES SI ESTÁS DESPERTANDO ESPIRITUALMENTE?
Comprueba si observas en ti estas 10 señales que demuestran tu despertar:
1. Tienes una mente abierta y evitas juzgar a los demás.
Al llegar al estado de despertar, comienzas a comprender que todos cometen errores, y también aceptas los tuyos propios que cometiste en el pasado. Esto te coloca en una posición en la que puedes empatizar con quienes te rodean para dejar de juzgarlos, adquiriendo más interés en la colaboración que en el enfrentamiento.
2. Aceptas que posees la fuerza y el poder para cambiar el mundo.
Dentro de ti tienes la capacidad de traer luz y cambio al mundo en el que vives, influir en los demás y marcar una verdadera diferencia. No necesitas confiar en las acciones de los demás, sino que aceptas que de manera individual puedes detectar y desarrollar las habilidades necesarias para cambiar el mundo.
3. Eres empatía.
Cuando te encuentras y te comunicas con otros, sientes una fuerte conexión con sus pensamientos, sentimientos y emociones. Eres muy sensible a sus procesos personales y te superan las ganas de ayudarles de la mejor manera posible.
4. Ya no sientes la necesidad de preocuparte.
La preocupación es provocada por la necesidad de tener control sobre la vida y el mundo en el que vives. Cuando alcanzas un nivel de entendimiento en el que comprendes y aceptas el plan universal general, entonces puedes liberarte de esta necesidad de control. Sin ella, las preocupaciones se desvanecen.
5. Prefieres dejar que las cosas sucedan en lugar de empeñarte en que sucedan.
No es que no te importe hacia dónde se dirige tu vida. Has llegado a un punto en tu viaje en el que entiendes que tu ser interior, tu esencia divina, tiene más visión que tu consciente, y organiza y manda sobre lo que se manifiesta en tu plano físico. Estás, por tanto, en disposición de confiar en sus decisiones y en el camino que se te va mostrando. Aceptas que preocuparse y estresarse por intentar cambiar y controlar las cosas no vale la pena.
6. Puedes sentir amor por los demás sin esperar nada a cambio.
Una de las lecciones más difíciles y hermosas del despertar espiritual. Te darás cuenta de que puedes sentir un amor y un cuidado genuinos por los demás sin verlo como una experiencia recíproca. Además, comprenderás que el amor puedes obtenerlo en cualquier momento y de cualquier circunstancia, sin necesitar a nadie para ello, pues tú mism@ eres fuente y canal de amor; puedes verlo y recibirlo con la misma facilidad con la que recibes el aire que respiras. El grado de plenitud, liberación y felicidad que otorga este entendimiento es de los mayores beneficios que aporta este camino.
7. Haces todo lo posible para evitar conflictos.
Al comprender el equilibrio del mundo y la forma en que las energías de la luz y la oscuridad funcionan para hacer avanzar la vida, ya no sientes la necesidad de participar en situaciones de conflicto o desorden. Prefieres trabajar para encontrar un medio pacífico para poner fin a cualquier desacuerdo.
8. Entiendes que el tiempo es una ilusión.
El viaje espiritual tiene su base en la idea de que todo está conectado, a través de nuestro pasado, presente y futuro. Este conocimiento te permite ver la vida de una manera diferente, entendiendo que solo existe el 'aquí y ahora'. Sólo desde el presente puedes acceder al dolor que crees que no puedes sanar porque se generó en lo que llamamos "pasado". Lo cierto es que lo percibes en el presente porque lo mantienes vivo y lo sostienes en el presente. Cuando entiendes esto, puedes hacerlo desaparecer, cambiando así "el pasado". Si tu espíritu está abierto y tu entendimiento es grande, perderás el miedo a lo que llamamos "futuro"; la confianza en la vida y en tu ser te otorgará siempre el presente perfecto.
9. Te integras y fusionas con la Naturaleza.
No hay nada que te brinde más comodidad y felicidad que estar en el entorno natural. Te proporciona una sensación de confort y relajación que te permite recargar las pilas. Puedes percibir cómo los árboles te acojen y se comunican contigo, sientes afinidad con las aves y los animales y descubres que ellos confían en ti más fácilmente que en los demás y que incluso muchos se sienten atraídos y buscan tu compañía o tu presencia.
10. Los niños y las niñas te tratan como a un igual.
Las personitas más jovenes te miran con asombro y admiración cuando se encuentran contigo y se sienten irremediablemente atraídas por ti. Te observan con la boca abierta como si estuvieran captando algo invisible que tú no eres capaz de ver. Buscan tu compañía, confían plenamente en ti, los bebés dejan de llorar cuando les tomas en brazos y los más grandes quieren jugar contigo desde el primer minuto. Y además, disfrutas en el juego tanto como ellos, o más.