Imagina un mundo en el que habitan seres individuales, animados, de diferentes formas, colores y tamaños, que pueden moverse, sentir emociones e incluso, algunos, ser conscientes de sí mismos. Seres que puedan experimentar diferentes estados de ánimo y además aprender de ellos.
Imagina que ese mundo ficticio está lleno de objetos que no se pueden detectar ya que en realidad, son uno solo y no hay separación real entre unos y otros, además están oscuros e incluso muchos de ellos son imaginarios.
Imagina que al entrar a ese mundo extraño y mágico, te regalan un vehículo increíble, totalmente gratis y del que puedes disponer con total libertad, todo el tiempo que permanezcas en dicho mundo. El vehículo tiene unas cualidades técnicas asombrosas que te permite explorar el interior de este mundo. Es capaz de transmitir directamente a tu cerebro sensaciones, formas, colores, sonidos y olores para puedas concebir a tu gusto y de manera individualizada, los elementos del mundo que estás visitando, simplemente para facilitarte la tarea de analizar mejor el entorno. Pura magia...
Ahora imagina que en ese mundo todo está dispuesto para enseñarte a conocerte a ti mismo y que además, todo lo que te rodea en él va mutando a tu paso para mostrar tu voluntad, tus miedos y tus deseos internos. Y que aunque haya varias personas con diferentes vehículos en el mismo lugar, todos verán únicamente aquello que atañe directamente a su interior, a sus deseos y a sus miedos. Sería un mundo perfecto, ¿cierto?
Imagina además que ese mundo funciona con una energía infinita y poderosa. Que todos pueden acceder a esa energía constantemente, en cualquier lugar, gratis, y desde su propio interior. Imagina que esa energía es inagotable, sostenible y que no contamina... Imagina que a esa energía la llaman amor. Que la puedes utilizar para interactuar con otros vehículos, para colmarles de un placer increíble que les llevará al éxtasis, para alimentarles o simplemente parar ayudarles a moverse. Imagina que esa energía tiene la capacidad de hacerte feliz y que emana de ti a voluntad.
Imagínate un mundo así... Y ahora dime... ¿Cuánto pagarías por vivir en él?