En la última entrega de los Óscar Joaquin Phoenix ganó el premio al mejor actor y dio un discurso del cual nos podemos sentir agradecidos todos aquellos que creemos en el cambio de paradigma y la creación de un mundo más justo para todos los seres sintientes.
Phoenix es bien conocido ya en el mundo por su labor altruista y su causa en pro a los derechos de los animales. Desde niño y junto a sus hermanos tomó la decisión de dejar de consumir carne después de una experiencia personal con su familia al ser testigo del trato a los animales en la pesca. Alguna vez Joaquín comentó que en ese momento se sintió horrorizado por el abuso del poder y sintió miedo de la humanidad.
Por ello, este galardon fue el momento perfecto para que el intérprete del Joker, irónicamente un personaje cuya voz es anulada en la sociedad a la que pertenece, diera un discurso no sólo hablando de los derechos de los animales, sino de cómo nos unen las causas cuyo trasfondo es la injusticia, la desconexión del humano con la naturaleza, la importancia de darnos segundas oportunidades y de ayudarnos unos a otros a mejorarnos y educarnos en comunidad.
Aquí está su discurso completo:
¨Siento tanta gratitud en este momento.... y no me siento por encima de ninguno de mis compañeros nominados ni de nadie en esta sala porque aquí todos compartimos el mismo amor: el amor por el cine y esta forma de expresión que me ha dado la vida más extraordinaria. No sé dónde estaría sin él, pero creo que el mejor regalo que el cine me ha dado a mí o a cualquier otra persona en esta sala, es la oportunidad de usar nuestra voz para los que no la tienen.
He estado pensando mucho sobre algunos de los problemas angustiantes que estamos enfrentando colectivamente. Creo que a veces sentimos, o nos hicieron sentir, que defendemos diferentes causas, pero yo veo algo en común. Creo que, ya sea que estemos hablando de desigualdad o derechos de género o racismo o derechos indígenas o derechos de los animales, estamos hablando de la lucha contra la injusticia. Estamos hablando de la lucha contra la creencia de que una nación, un pueblo, una raza, un género o una especie tienen el derecho a dominar, controlar y usar y explotar a otro con impunidad.
Creo que nos hemos desconectado mucho del mundo natural, y muchos de nosotros, de lo que somos culpables es de una cosmovisión egocéntrica: la creencia de que somos el centro del universo. Entramos en el mundo natural y lo saqueamos por sus recursos. Nos sentimos con derecho a inseminar artificialmente a una vaca, y cuando ella da a luz, le robamos a su bebé, a pesar de que sus gritos de angustia son inconfundibles. Luego, tomamos su leche, que está destinada a su becerro, y la ponemos en nuestro café y nuestro cereal.
Creo que tememos la idea del cambio personal porque creemos que tenemos que sacrificar algo para renunciar a algo. Pero los seres humanos, en nuestro mejor momento, somos tan imaginativos, creativos e ingeniosos, y creo que cuando usamos el amor y la compasión como nuestros principios rectores, podemos crear, desarrollar e implementar sistemas de cambio que sean beneficiosos para todos los seres sintientes y para el entorno.
Ahora, he sido un canalla en mi vida, he sido egoísta, he sido cruel en momentos, ha sido difícil trabajar conmigo y he sido desagradecido, pero muchos de ustedes en esta sala me han dado una segunda oportunidad. Y creo que es ahí cuando estamos en nuestro mejor momento, cuando nos apoyamos mutuamente, no cuando nos cancelamos por errores del pasado, sino cuando nos ayudamos a crecer, cuando nos educamos, cuando nos guiamos unos a otros a la redención. Eso es lo mejor de la comunidad.
Cuando mi hermano tenía 17 años escribió estas letras. Decía: "Corre al rescate con amor, y la paz te seguirá".
Aplaudimos el valioso discurso de este hombre que aún en todo su evidente conflicto con los tiempos que estamos viviendo se dirige a la audiencia en humildad y con la invitación de ser todos juntos parte de este cambio, sin separaciones, sin pretenciones.
Es en momentos como éste que el despertar de cualquier individuo en cualquiera de los ámbitos del mundo cotidiano humano tiene la posibilidad de sembrar la semilla de la consciencia en millones. Como dice Phoenix, no importa quién hayamos sido en el pasado, ni si fue hace años o fue ayer, si HOY entramos en consciencia y nos damos otra oportunidad los unos a los otros de ser y de vernos en una mejor versión de nosotros mismos.
Démonos y démosle a todos una segunda o tercera oportunidad o las que hagan falta para lograr vernos siendo esa humanidad que podemos ser.