Es obvio que ya no podemos vivir con la energía y la filosofía que vivían nuestras madres y abuelas. Vivimos un nuevo despertar de conciencia, lo que significa que “nos toca” conectar con nosotras mismas, detectar nuestros miedos, carencias, inseguridades, sentimiento de soledad, baja autoestima, creencias limitantes heredadas… y trascender todo aquello que no nos está dejando manifestar nuestra grandeza. Pero te invito a que vayas un poco más allá, a que conectes con esa parte de mujer la cual viste a tu espíritu, la cual viste a tu alma.
Sabes perfectamente que vivir una nueva filosofía espiritual es posible. Lo sabes y así lo sientes. Eres consciente de que hemos sido educadas bajo un prisma muy distinto a la nueva energía, un prisma donde todo estaba enfocado hacia el exterior. "Tienes que ser esto", "tienes que casarte con alguien de provecho", "tienes que estudiar esto en concreto", "debes asistir a este evento, es tu obligación", "tú sola no puedes irte a vivir al extranjero"… Y hablo principalmente de mí, así es como fui educada.
Recuerdo a mi madre constantemente “encima mía” pendiente de si me desviaba o no de lo considerado correcto o incorrecto para la familia, para la sociedad, yo debía “encajar”. Crecer así es asfixiante, las consecuencias de esta filosofía ya las sabes: baja autoestima, miedos, inseguridades, apegos a los cánones establecidos… y cómo no, los trastornos derivados de todo esto.
La lucha interna en mi vida fue una constante, entre lo que se consideraba que debía hacer y mis inquietudes internas, las cuales yo misma me cuestionaba. Cada vez que intentaba dar un paso la contradicción en mí se activaba. A día de hoy aún bailan esas contradicciones internas de vez en cuando, esas memorias aún siguen presentes y se activan ante las vicisitudes de la vida.
Lo importante ante esto es tener claro todo este esquema. Por un lado todo lo que has heredado y ya no te sirve para avanzar y, por otro lado, ser consciente de que una vida en plenitud es posible. Te mereces vivir de acuerdo a tu verdad y disfrutar de tu libertad interna, manifestando los dones y habilidades que SÍ te corresponden de tu linaje femenino, todo el bagaje de las mujeres de tu clan convertido en tu sabiduría interna.
Eres mucho más que tu preocupación por llegar a final de mes, eres mucho más que un apego a la imagen, eres mucho más que tus miedos, eres mucho más que tu sentimiento de soledad, eres mucho más que ese vacío que sufres en silencio, eres mucho más que esa mujer que a veces desea esconderse de todos, eres mucho más que tus conflictos familiares… Eres mucho más que todas esas memorias antiguas heredadas que se activan en ti en los distintos escenarios en los que la vida te hace actuar.
Pero si te detienes por un momento y piensas en tu madre y/o abuela, ellas no lo tuvieron fácil. La diferencia es que tú ahora puedes VIVIR y NO LUCHAR POR SOBREVIVIR como hicieron ellas.
Te invito a que independientemente del “personaje” y de la relación con tu madre y/o abuela, conectes contigo misma, abras tus chakras superiores y sientas la energía de todo tu linaje femenino, como un gran árbol que extiende sus ramas hacia arriba, y honres los caminos de TODAS tus ancestras, tus predecesoras, mujeres de tu clan, de tu tribu a la cual perteneces. Que a TODAS y CADA UNA DE ELLAS, les des las gracias por su trabajo, por su sacrificio, bendigas sus vidas, recuerdes su sufrimiento. Seguramente en tu linaje femenino, como en el de la mayoría de nosotras, ha habido carencia, miedos, abortos, pérdidas de hijos, muertes, han sostenido el hogar, han sido cuidadoras, sanadoras, sus voces han sido silenciadas en infinidad de ocasiones… Ve; ve un poco más allá, años y siglos de mujeres que te han precedido y que gracias a ellas estas aquí.
Así que te digo, y quizá si me permites la licencia de decirte que “TIENES LA OBLIGACIÓN” de sacar todo tu potencial, de expandir tus dones y habilidades, de brillar, de alzar tu voz, de ocupar tu lugar en el mundo, de vibrar desde tu libertad interna, de expresar tu belleza, tu identidad…
Esta “obligación” no está limitada por la edad, ni por tu apariencia, ni profesión, ni lugar de nacimiento, ni condición sexual… AQUÍ Y AHORA es el momento. No es mañana, no es cuando tengas dinero, no es cuando estés más delgada, no es cuando los hijos ya no estén…
Es AQUI Y AHORA. Hazlo por ti, pero no te olvides nunca de todas las mujeres que te están empujando con fuerza y que están deseando que lleves tu Misión y Propósito de Vida AQUI y AHORA. Conecta con esa fuerza, siente su energía, su empuje, sus voces, su arrope, su protección… siéntete poderosa, SIENTE TU DIVINIDAD, llevas en tu feminidad el poder creador de la madre tierra.
Para ello debes nutrirte con amor, cuidarte, quererte, eres Tejedora de Vida, llevas en tu Útero memorias de todas tus ancestras. Solo con tu valentía podrás trascender aquello que ya no te sirve para avanzar y tomar únicamente los dones y habilidades que te corresponden por derecho divino.
Te invito a que conectes con los diferentes arquetipos para que puedas empoderar a la mujer que hay en ti, que recibas a La Doncella y honres ese paso de niña a mujer. Que abraces a La Madre, la que te mece en sus brazos y te proporciona todo el calor y sostén necesarios, que manifiestes y expandas la sabiduría de La Chamana que hay en ti, y que te refugies en la cueva de tu interior para abrazar tus sombras que el arquetipo de La Anciana te propone.
Llevas en tu feminidad el poder creador de la Madre Tierra.