Mi nombre es Carina Cervino. Soy argentina y parece que no me pude escapar del estereotipo “Todos los argentinos son terapeutas”. Sin duda comparto características personales de la gente de mi tierra. La pasión. La entrega en todo lo que hago. Siempre estoy dispuesta a dar una mano a quien lo necesite. Con una mirada atenta para descubrir y cubrir, la necesidad del otro. Una entregada escucha, y la sensibilidad...Desde aquí me es tan fácil contactar con el otro. Lo mio siempre ha sido ayudar, el tema era ¿cómo hacerlo? Estudio Integración Social. Comienzo a trabajar para Cruz Roja, con personas sin techo, prostitución, reclusos y discapacidad. Mis estudios, mi trabajo, todo entrelazado con mi labor de madre, esposa, hija, amiga. ¿Alguna vez caíste en la desesperación? ¿te sentiste hundida emocionalmente? ¿Alguna vez quisiste desaparecer, irte muy lejos? A mi me pasó en mi tercer embarazo, que aunque buscado, no había imaginado que podría ser gemelar, me veo con la responsabilidad de 4 niños, 4 vidas. Con todo en contra y poco viento a favor, decidí formarme en el Institut Gestalt de Barcelona, como Terapeuta Gestalt, y aquí cambió mi vida! Sorprendida, feliz, vibrante, brillante, segura, confiada, con ganas de comerme el mundo. Me lanzo como Terapeuta Gestalt, donde me siento absolutamente realizada... Quien dijo que todo está perdido…”Yo vengo a ofrecer mi CORAZÓN!”. ¿Que hago? Hoy me dedico a ayudar a mujeres a superar la ANSIEDAD, las acompaño a encontrar soluciones que no se habían planteado frente a su problema. Les enseño herramientas que les faciliten su día a día y que les servirán para el resto de su vida. Juntas recorremos un camino que nadie les enseñó y no está escrito en ningún libro y de estarlo sería difícil de seguir, cada persona es única y mi intervención se gesta momento a momento, no hay una sesión igual a la otra, es imposible. Lo más personal Soy mujer. Trabajadora por cuenta propia. Madre. Esposa. Hija. Amiga. Y conozco perfectamente a dónde te lleva la exigencia. La loca búsqueda de la perfección. El querer cumplir los mandatos de esta sociedad. La mejor madre. La mejor esposa, hija, amiga. Me metí en la que yo llamo la ruedita del hamster y no pude salir de ahí sola, necesité ayuda. La casa, los hijos, los padres, el trabajo pueden ser muy gratificantes y la sociedad te dice que ha de ser así, pero no fué mi caso, todo era un mundo, todo era un problema, me sentía en todo momento juzgada, insegura, sola, poco comprendida, era incapaz de tomar decisiones, comencé a representar el papel de la mujer que puede con todo, que no necesita ayuda, la mujer realizada y feliz, pero todo era de cara a la galería, en realidad por dentro me caía a pedazos.