Conspiración es la palabra mágica y convenientemente utilizada para anular aquello que desafía a un sistema de creencias, o en otras palabras es una nueva forma de mecanismo de defensa.
Para poder entrar de forma adecuada al tema de la conspiración es necesario plasmar un antecedente para que sea más fácil entender la postura de este artículo
Estamos en tiempos sumamente interesantes, muchos velos están cayendo porque las crisis justo son tiempos y oportunidades de profunda observación y transformación.
El tiempo que no se tuvo antes, las preguntas que no se hicieron, la observación que no había tenido espacio de pronto se abren camino y forman parte de nuestra vida.
En ese proceso es muy probable que te encuentres con información que no es que no haya estado ahí antes sino que simplemente ahora hay espacio para verla porque somos una especie que se ha acostumbrado tanto a la sobre estimulación , al bombardeo sensorial y al multitask o a la capacidad de hacer muchas cosas al mismo tiempo que en tiempos de paro mundial es cuando buscamos maneras de ocupar toda esa atención que tenemos y que antes se fugaba en intentar lidiar con el ritmo frenético del día a día.
En esa búsqueda cada vez más personas exploran teorías, investigaciones, opiniones, testimonios y toda clase de información de toda clase de fuentes.
Es bien sabido que hay una gran proporción de información en la web que está manipulada o falseada y que uno de los más grandes problemas que tenemos ahora es a la sobreinformación.
Pasamos de la carencia de información de hace unas décadas al exceso de información que también se ha convertido en un problema, no por la cantidad de información sino por la resistencia a utilizar el pensamiento crítico. Durante mucho tiempo, hemos sido adiestrados para ser informados sólo por medios “oficiales” que no podían o debían ser cuestionados pero ahora también hay quienes creen ciegamente en aquellos que cuestionan a dichos medios.
Oficiales o extraoficiales, la credibilidad de estos medios creció a lo largo del tiempo por su leal forma de comunicar los hechos y una vez que la credibilidad había sido ganada comenzó a ser utilizada sin tanta fidelidad a la realidad y sin embargo, siguió siendo igual de efectiva al momento de presentar los “hechos” a las masas. Y como cualquier negocio rentable, los medios de comunicación se vendieron a los mejores postores o a la mejor información y comenzaron a comunicar aquello que el inversionista elegía como información prioritaria de acuerdo a sus intereses o aquello que creara mejores ventas.
En un ejemplo sencillo para ilustrar, podemos usar a los restaurantes como referencia de cómo hay una línea muy fina entre la visión original de una idea y lo que puede terminar siendo la versión ¨actual¨ de esa visión.
Antes de desarrollar el ejemplo, he de aclarar que la transformación de algo en su estado original al actual no es siempre en una misma dirección: de “bueno” a “malo” sino que también funciona en dirección contraria. Por ello, lo que siempre debemos tomar en cuenta es la situación actual que estamos observando aunque utilicemos el pasado para intentar entender de qué estamos hablando hoy.
Entonces volviendo al ejemplo, un restaurant hace comida de primera calidad y se empieza correr la voz, la gente va el negocio, crece, crecen sus desafíos y a veces crece también la ambición con ello. No hay insumos para abastecer la necesidad del comensal y entonces se baja la calidad de los productos originales, de las porciones o del servicio y cuando menos te das cuenta tienes un restaurant famosísimo con miles de clientes por semana aunque tengan comida o un servicio promedio o de mala calidad.
El restaurant se ganó su fama en su momento y la gente se ha aferrado tanto a esa idea original que no se ha dado cuenta de que el restaurant inicial poco tiene que ver con el actual...
Así, aplica a los medios de información como a otros muchos escenarios: las apps que venden los datos de sus clientes que confiaron en ellos, los medicamentos que alguna vez fueron diseñados para curar y no para quitar síntomas, las vacunas, el ejército, las escuelas, los hospitales, los gobiernos, etc...
Este adoctrinamiento y falsa lealtad nos ha llevado a ser una sociedad ciega y dolorosamente irresponsable, incapaz de cuestionar, actuar o exigir respeto a sus derechos y libertades fundamentales y es precisamente esto lo que nos ha llevado a caer en la trampa de aquello que se nos vendió con fundamentos y que hoy sirve como muletilla para evadir o distraernos de temas que nos hacen sentir sumamente incómodos.
Entonces es cuando entramos en el tema de la famosísima palabra: conspiración.
Es decir, la conspiración funciona como un argumento conveniente para aquellos que temen ser cuestionados o que son incapaces de negar sus deficiencias o que simplemente no pueden plantearse el hecho de que lo que saben pueda estar incompleto.
Para entender mejor esto hay que hablar de qué es la conspiración hoy en día. De nuevo, es en lo que ocurre hoy donde tenemos que pararnos a observar para no quedarnos atorados en el pasado y sus patrones repetitivos.
Esto es como la posición del guerrero en el yoga. El guerrero está parado en su presente, en su centro, en su corazón y sin embargo, tiene una mano hacia atrás en el pasado que le permite recordar de donde viene y una mano hacia el futuro que le hace recordar a donde quiere llegar. Su mirada puede ver al pasado o al futuro pero él siempre permanece en su presente.
Desde este presente es vital que entendamos de dónde viene la palabra conspiración, dónde se encuentra hoy y hacia dónde la moveremos.
Hoy en día, el término está tan estereotipado que funciona para desacreditar absolutamente todo como si su significado fuera “invención o teoría comprobada como falsa ¨ pero en realidad según la RAE (Real Academia Española) la palabra conspiración significa ¨concurrir a un mismo fin o convocar a alguien en su favor¨. Desde ese sentido, todo es una conspiración: desde un debate, una campaña política, una recaudación de fondos para atender una causa, una religión o cualquier lucha por los derechos, sin embargo, hoy la conspiración es simplemente sinónimo de incredulidad.
Aunque esto este cambiando poco a poco, hoy aún es conspiración cuando alguien cuestiona aquello que le resulta difícil de cuestionar por si mismo. Ya sea a las instituciones mundialmente reconocidas: a las instancias de salud , a los gobiernos, a la iglesia, a tus actores favoritos, a tu marca de ropa o canal favorito, etc. Cualquier cosa que hoy desafíe tu sistema de creencias será fácilmente catalogado como conspiración.
Así es como es importante tanto que no creamos en absolutamente toda la información que hay afuera como que no la desacreditemos absolutamente sino que le demos el beneficio de la duda y hagamos una exploración mucho más profunda antes de sacar una conclusión respecto a cualquier tema y no etiquetar algo como ¨conspiración¨ y a otra cosa como
¨verdad absoluta¨ solo por lo que el querido presidente, el ídolo artístico o el influencer preferido han manifestando como opinión respecto a un tema o peor aún solo porque tengamos miedo de la verdad potencial detrás de aquello que juramos real hoy en día, porque como dicen por ahí: la verdad nos hará libres pero antes nos hará enojar.
Nos compete a todos y todas, como inevitables receptores y emisores de información, ser capaces de colocarnos en la posición del observador neutro para pensar e investigar de manera autónoma para así poder tomar una posición crítica fundamentada que realmente aporte algo a tu vida personal y a tu entorno.
Aquí, hablamos del pensamiento crítico como una posición proactiva. Olvídate de la palabra criticar como chisme o como consecuencia de la envidia o como la búsqueda de desacreditar aquello que se opone a tus creencias. Hablamos de una capacidad antígüa que abrió la brecha a todo lo que sabemos hoy. El hombre comenzó a conocer el mundo cuando comenzó a cuestionar, a ser crítico y a utilizar la lógica. Las revoluciones más grandes de la historia tienen que ver con aquellos que se atrevieron a mirar hacia otro lado y ver la perspectiva desde diferentes ángulos sin importar si otros pudieran estar de acuerdo o no con dichas observaciones. La búsqueda de la verdad no se trata de imponer una idea sino de considerar todas las posibilidades.
Atrévete a cuestionar desde la curiosidad de un niño que quiere seguir aprendiendo porque la evolución requiere de aquel dispuesto a reconocer que aún no lo sabe todo.
Mi consejo es: no niegues ninguna posibilidad porque así estarás preparado para lo que sea.