LA VUELTA A "AKASHA"

 

Quizá hayas oído hablar alguna vez de los registros akáshicos, o quizá sea la primera vez que te enfrentas a esta palabra “extraña”.

Yo hace ahora 10 años que empecé este camino, este viaje de regreso “akasha”, al lugar donde está contenida toda la información, toda la sabiduría del Universo.

Este espacio que es un lugar que no es ajeno a mí misma, a ti misma, a ti mismo, porque somos esas diminutas gotas que forman el océano y a su vez lo contienen todo.

Nosotros vivimos en este plano tridimensional, pero hay lugares invisibles que nos acompañan y nos sostienen, que nos abrazan, que nos envuelven...

El éter, el campo y la información

Hay 5 elementos: el aire, la tierra, el fuego, el agua y el éter.

Ese quinto elemento, el éter, es lo que envuelve, da forma y estructura a todo lo que nos rodea, el Akasha.

Partiendo de la premisa de que todo es energía y la energía ni se crea ni se destruye, simplemente se va transformando y en ese movimiento de transformación, de cambio, va dejando un rastro, unas memorias, que son las memorias de todo lo que ha existido, existe y existirá, en ese plano el tiempo no es lineal, como nosotros lo manejamos.

Todo, de alguna manera, está coexistiendo a la vez y nosotros tenemos consciencia de este aquí y este ahora, que es donde estamos enfocados. Pero el resto no ha desaparecido, está “almacenado” en nosotros.

Los registros akáshicos, por tanto, son como una biblioteca etérica donde está la información y el conocimiento de todo el universo.

En ese lugar, cada uno de nosotros tenemos nuestro propio libro, que es libro de nuestra alma, donde se recoge todo lo que hemos venido a experimentar, los aprendizajes, retos, dones, conexiones con otros, relaciones... es nuestra biografía álmica. También están contenidas todas las experiencias del pasado, todas las relaciones con otras personas con las que en otros tiempos interactuamos, nuestros patrones familiares, nuestro linaje álmico, el genético... el campo de los registros akáshicos es infinito.

Nos abre un mundo de infinitas posibilidades.

El olvido y el recuerdo

Pero si todo está ahí accesible, ¿por qué no lo recordamos?

Porque al encarnar dejamos espacio en blanco para poder acumular experiencias y que todo lo que ya sabemos o hemos vivido no interfiera en la experiencia actual y poder experimentar las cosas con la pureza y la inocencia de la primera vez.

Hemos venido a disfrutar, a experimentar, a acumular más sabiduría , para después volver al volcarla en el crisol del conocimiento colectivo, cuando volvamos a desencarnar y nos fusionemos de nuevo en el TODO del que formamos parte.

Pero seguimos conectados a toda nuestra sabiduría por si en algún momento es necesario acceder a ella. A veces de modo sutil, en forma de intuiciones, sensaciones, conexiones, recuerdos de haber vivido ya algo o conocerlo.

En lo cotidiano, muchas veces olvidamos que siempre estamos en conexión con nuestra alma, que somos almas viviendo una experiencia terrenal.

Ahí fuera se nos invita a desconectarnos y a ponernos en piloto automático y seguir como un autómata un montón de rutinas y obligaciones.

Pero yo te invito, a parar, a mirar mas allá. A conectar con esta biblioteca, con estos archivos, que en el lenguaje de hoy podríamos ver como un gran servidor, lleno de archivos y de información.

Acceder a este lugar, para recordar poco a poco quién eres, cada vez a un capítulo quizá, como ese cuento precioso que te contaba papá antes de dormir. O quizá a una sección concreta donde esté la respuesta a lo que tanto te preocupa ahora.

Volver a una parte de ti, para ver todo de nuevo desde otra perspectiva, con nuevos colores.

Regresar al hogar del alma, que es eterna y acompaña a tu cuerpo físico para guiarte y ayudarte a disfrutar de esta experiencia terrenal.

 

Puedes aprender a conectar con este lugar y acceder tú mismo. Todo el mundo puede. No hay que tener ningún don, solo volver a conectar con tu esencia y dejar que entonces se abra un camino que cada uno transita según necesita, siempre envueltos en amor y en verdad, las dos guías de este camino.

En amor y en verdad: El amor es el origen de la vida, es la fuerza mas poderosa del universo, y en verdad porque en esencia, en origen, no hay espacio para nada que no sea lo que es. No hay dobleces, no hay máscaras, no hay nada que tapar.

Se abre un camino para llegar a este lugar lleno de vida: los registros akáshicos. Un mundo de infinitas posibilidades, un campo de información, donde la magia de la vida vibra cada instante.

Te invito a que la próxima vez que escuches un pequeño susurro dentro de ti, ese pequeño aleteo, o veas ese mensaje o señal que te manda tu alma, cierres los ojos y sonrías y sientas que estás un poquito más cerca de tu hogar.

Que cierres los ojos y dejes que esa sensación de conexión y de estar en casa, te atraviese y te llene el corazón, que la respires, que te llenes de esa luz que te irradia tu alma.

Si viajas un poco más adentro de esa sensación, ahí está esa plenitud, ese gozo… Eso eres tú. Ahí está tu esencia, ahí está lo que verdaderamente eres, una chispa de luz, que juguetea con muchas otras chispas, que se expande, se contrae, vibra, fluye, se estira, se encoge, vuela alto, desciende...

Siente que has regresado “akasha” porque, en realidad, nunca te fuiste. Sigues conectado a algo mucho más grande que tu cuerpo físico.

Recuerda que eres un alma dentro de un recipiente precioso experimentando una vez más mil matices, fragancias y tonalidades del regalo de existir. Nunca lo olvides, y vive, disfruta y conecta con tu esencia que te ayudará a que el viaje tenga un brillo más especial, sea más intenso y lo vivas con mayor consciencia.

Pero sobre todo, disfruta de este viaje, conectado a ti y, por tanto, conectado a la vida.