"Levanta las palabras, no la voz. Es la lluvia la que hace crecer las flores, no el trueno"
Jalaluddin Rumi.
Es posible que sientas frustración o impotencia si eres de los que casi siempre les toca perder en las discusiones. Durante una discusión es frecuente experimentar la necesidad de tener razón, sobre todo si la otra persona nos gusta. Cuanto más unid@s estamos a la otra persona, más fuerte es la necesidad de sentirnos comprendidos y de demostrar que no estamos equivocados.
Afortunadamente, la ciencia ha descubierto unas pautas que nos permiten apaciguar las emociones e incrementar enormemente las posibilidades de ganar en una discusión. Si los debates no son lo tuyo, estos trucos pueden ayudarte a ser mejor en las discusiones y a conseguir que los demás se sientan identificados con tu versión.
1. HAZ QUE TU INTERLOCUTOR TE CUENTE SUS ARGUMENTOS ANTES DE EXPONER LOS TUYOS
Haz preguntas abiertas que le animen a explicar su proceso de razonamiento y sus pensamientos. No es posible debatir con precisión a alguien sin antes entender por qué piensa de la manera en que lo hace y cuál es su argumentación completa. Es muchísimo más fácil que la otra persona escuche con atención tu respuesta si le dejas que piense y argumente por completo antes de interrumpirle o de sumergirle en una discusión.
2. IMITA EL LENGUAJE CORPORAL DE TU INTERLOCUTOR
Imitar sutilmente a tu oponente te permite conseguir que confíe en ti y le hará más propenso a escuchar lo que tienes que decir. Si la persona con la que estás debatiendo está sentada con las piernas cruzadas, intenta copiarla tan sutilmente como puedas. Eso sí: No copies cada uno de sus movimientos o creerá que te estás burlando. La clave está en ser (o parecer) natural.
3. ESTABLECE CONTACTO VISUAL MIENTRAS TE HABLA
Cuando tu oponente comience a hablar, asegúrate de mirar a sus ojos mientras habla. Está científicamente probado que esto hace que tu interlocutor sea menos persuasivo, lo que te dará ventaja a la hora de ofrecer tu respuesta. En cuanto empiece a hablar, mantén el contacto visual durante todo el tiempo.
4. REPITE LO QUE HAS ENTENDIDO DE SU ARGUMENTO
Antes de lanzar tu respuesta y tus argumentos, di con tus propias palabras el argumento de tu interlocutor, según lo hayas interpretado y entendido. Esto logra crear confianza en tu oponente, ya que demuestra que le escuchas en lugar de esperar sin más a que llegue tu turno. Si logras la confianza de tu oponente, tu argumento será mucho más convincente.
5. RECONOCE LOS PUNTOS EN COMÚN
Si estás de acuerdo con partes de su argumento, házselo saber y explícale por qué antes de empezar a presentar tu propio argumento. Esto animará a tu oponente a considerar tus puntos de vista cuando los expongas, ya que sentirá que estarás afirmando las cosas que él previamente dijo.
6. UTILIZA SOLO ARGUMENTOS DE LOS QUE ESTÉS COMPLETAMENTE SEGUR@
¿Cuántas veces hemos afirmado algo solo para darnos cuenta, en el mismo momento de hacerlo hecho, de que estábamos completamente equivocados? Por tanto, asegúrate de saber muy bien de lo que estás hablando. Si no puedes explicar tus argumentos es mejor reconocer la derrota y dejarlo. Debes conocer muy bien tu versión antes de presentarla. Nada te hará perder una discusión más rápidamente que no ser capaz de .
7. INCITA A TU OPONENTE A ESTAR DE ACUERDO CONTIGO
Si terminas tus declaraciones con preguntas que afirmen indirectamente tus argumentos estarás incitando a tu interlocutor a ver las cosas desde tu punto de vista, y terminará finalmente por estar de acuerdo con ellas. Acaba las frases con expresiones como "¿no harías tú lo mismo?" o "¿no lo ve así todo el mundo?" y aumentarás las posibilidades de que tu oponente acepte tus argumentos.
8. BAJA LA VOZ
Trata de no levantar la voz en ningún momento durante la discusión. El volumen alto acelera el ritmo cardíaco de ambos y hará que las emociones sean más intensas lo que provocará que la otra persona se enfade, se frustre y se ponga a la defensiva, actitudes que impedirán al cien por cien que pueda considerar tus puntos de vista o incluso escuchar tus palabras. Sé consciente de tus emociones. Cuando la ira y el miedo te alcanzan, tu causa se debilita. Puedes ser apasionad@ y expresiv@, pero mantén la calma. La ira nos hace menos atractiv@s.
Por otro lado, si bajas a voz, harás que la gente se sienta más cómoda y confiada. Esto es clave para lograr que la gente te escuche y se dé el permiso de empatizar con tus puntos de vista.
En conclusión, hay maneras de fortalecer tus habilidades para el debate y convertirte en una persona más persuasiva. Todas ellas respaldadas por el método científico. Puede que no convenzas a todo el mundo con estos trucos, pero seguro que vas a conseguir que más gente escuche tus puntos de vista e imprimirles más fuerza que antes. Como mínimo, comenzarás a sentirte más segur@ en los escenarios de vida en los que una discusión sea la protagonista.